Por Daniel Miguez
El 2 de febrero de 1974 los hinchas de Los Andes renovábamos la ilusión de volver pronto a Primera División, a la que habíamos abandonado hacía poco más de dos años. Era la primera fecha del campeonato, en Lomas y contra Lanús.
Ese día en el Milrayitas debutaba un pibe con la camiseta número 7. Pocos lo conocían. Venía de Rosario Central sin haber jugado aún como profesional y le decían Pato. Hugo Ricardo Aimetta enseguida entró en el corazón del hincha de Los Andes volando por la punta derecha con su largo pelo rubio y lacio para desbordar y tirar centros que eran asistencias.
Jugó 129 partidos, hizo 25 goles y fue un gran proveedor de goleadores como Héctor Daniel López, Rubén Rojas, Enrique Lanza y Nicolás Cuellos. Hacía goles que valían. De los 21 partidos en los que hizo esos 25 goles, Los Andes sólo perdió 2.
El día de su debut, “la Vieja” Hugo Pizarro, René “Batata” San Martín y “el Negro” Juan Carlos Molina lo buscaron siempre con pelotazos largos, confiados en que iba a ganar. Porque además de rápido era pícaro. Siempre atento, siempre concentrado. Esa tarde en su primer partido en el Gallardón dio una muestra de sus atributos. Pelotazo largo. Todos pensaban que la pelota se iba por la línea de fondo. El marcador de punta de Lanús también y frenó su carrera. Pero el Pato siguió. La pelota pegó en el palo del banderín de corner. Aimetta la recuperó y le sirvió el pase para el segundo gol del “Lobo” López. Debutó en la red dos meses y medio después, marcándole dos goles a Arsenal en un 5 a 0 en Lomas.
En 1975 se fue a jugar a Chivilcoy, pero regresó en 1976 para pelear el campeonato hasta el final, ya con su gran amigo y socio futbolístico en el equipo: el “Nene” Juan Carlos Díaz. De ese campeonato quedó en la memoria de muchos hinchas un extraño partido contra Almagro en el Gallardón. La visita ganaba 2 a 1 y cuando Los Andes hizo el gol del empate, tres jugadores de Almagro fueron expulsados por protestar. Once contra ocho Los Andes no podía doblegar a Almagro, que para colmo de males en una jugada aislada se puso 3 a 2 con un gol de tiro libre. Algunos hinchas comenzaron a insultar injustamente al histórico arquero Norberto Menutti, quien, desbordado por la situación, abandonó la cancha. El Gallardón era una caldera hasta que el Pato, desde el corner, convirtió un magistral gol olímpico que apagó el incendio.
Otra gran campaña que protagonizó Aimetta fue la de 1977, cuando Los Andes peleó por el título de campeón hasta la última fecha. Ese año el Pato con dos goles transformó un partido que iba camino a la derrota por 0-1 frente a Almagro en un triunfo 2 a 1. También le dio el empate 1 a 1 frente al campeón Estudiantes con un gol de cabeza. Si bien no era muy alto sabía buscar los espacios e hizo varios goles por esa vía.
Su último año en Los Andes -1978- fue el más brillante. Hizo 13 goles, la mayoría de ellos decisivos. Fueron muchos, si se tiene en cuenta que el goleador del campeonato fue nuestro Rubén Rojas con 17. Jugó su mejor partido en un 4 a 4 contra Temperley, en el que además convirtió. Y metió un triplete en un 5 a 0 frente a Nueva Chicago.
Se fue de Los Andes siendo ídolo. Siguió su carrera en Tigre (donde ascendió a Primera), Gimnasia y Esgrima de La Plata, Argentino de Quilmes y Lanús. Le dolía enfrentar a Los Andes. Le duele no haber subido a la “A” con su amada camiseta. Por eso lloró de emoción con el ascenso del 2000. Siempre ligado a Los Andes y a Lomas, fue el DT adjunto del Nene Díaz en aquel recordado equipo de “los pibes” del 2004.
Por todo eso lo queremos tanto al Pato. Por eso hoy celebramos los 50 años de su debut con nuestra camiseta.